Si Arnau levantara la cabeza o ¿qué pensarían en la Edad Media si un alumno se sacara el pene en una clase universitaria?
Para los médicos medievales, tener mucho sexo esclaviza la razón y la anula, por eso quien tiene en sus manos la vida de un paciente ha de mantener a raya las servidumbres que afecten negativamente a su trabajo. Y para Trotula, Arnau o Constantino, grandes médicos de la Edad Media, sacarse el pene en una clase universitaria hubiera sido un claro signo de que ese estudiante de Medicina no tenía mucho futuro entre ellos. El hábito no hace al monje. Ni en la Edad Media ni hoy.
El pasado lunes 20 de octubre los alumnos de Medicina de la Universidad de Valladolid, UVa para los amigos, celebraron la festividad de San Lucas. Lo típico de esta fiesta es que los médicos en ciernes vayan a otras facultades para interrumpir las clases e intentar sacar a los estudiantes para que se sumen a la fiesta, por lo general con no mucho éxito. Pero este año uno de los futuros médicos decidió darlo todo en una de las aulas de Empresariales (ahora Comercio) sacándose el pene. Los móviles con cámara y Twitter hicieron el resto para inmortalizarlo.
Por lo que se lee en Twitter, si tal “muestra de hombría” no lo hubiera echo un alumno de Medicina, el revuelo sería menor. Ser médico en nuestra sociedad es haber llegado mucho más lejos que el resto de los mortales, y en casi todos los aspectos. Pero para llegar a las aulas de Medicina es el expediente académico de un adolescente lo que ha de rozar la perfección. Sólo el expediente académico, y eso tendemos a olvidarlo. Quienes vayan a entrar en una facultad de Medicina no tienen por qué poseer unas cualidades personales elevadas por encima de la media. Ser inteligente no significa saber comportarse, estudiar medicina no tiene por qué librarte de hacer tonterías como sacarte el pene lascivamente en una clase universitaria en pleno 2014. El hábito no hace al monje y eso ya lo sabían los grandes médicos medievales, motivo por el cual comenzaban muchas de sus obras describiendo qué es lo que hace a alguien ser un buen médico. Curiosamente, entre esas cualidades añadían algunas recomendaciones de carácter sexual.
Observación, estudio, no seducir a la mujer del enfermo… para los médicos en la Edad Media cultivar estas capacidades y aptitudes generaba un mayor conocimiento de la enfermedad y una mejora del trato con el enfermo. Pero también se recomendaba al médico que no fuera avaricioso, ni dado a la gula ni a la lujuria. Esto último, que podría parecernos un signo evidente del poder moral de la Iglesia, es realmente un consejo práctico y de origen médico.