Sexo Medieval

Ana E. Ortega Baún

Especial Halloween: sexo en el cementerio (medieval)

El que en la Edad Media existan parejas que hayan mantenido relaciones sexuales en un cementerio, no significa que  el sexo fuera tan normal que se podía practicar en cualquier parte, incluso en espacios públicos. Nada más lejos de la realidad. La privacidad es un bien muy valorado por su escasez en el Medievo, parece que siempre hay alguien mirando.

 

Dentro de nada acabará el mes de octubre. Para los antiguos celtas esta fecha significaba el fin de un año y el comienzo de otro nuevo. Pero también era el momento en el que el mundo de los vivos y el de los muertos se encontraban más próximos el uno del otro. La antigua fiesta del Samhain ha ido evolucionando, cambiando, incluso relaborándose y adaptándose hasta llegar a nuestros días con la tan conocida fiesta de Halloween. Pero los muertos no la han abandonado, sino que son una parte importante de ella.

 

La imagen que hoy tenemos de Halloween es deudora de la literatura gótica y del cine de terror: la gente se disfraza de vampiros, fantasmas, criaturas de la noche, zombis, esqueletos… y el lugar más recreado en casas y espacios públicos es el cementerio. Un cementerio que poco tiene que ver con el medieval. En la Castilla de la baja Edad Media el cementerio no era el espacio que es hoy en día. Se trataba de un espacio plurifuncional, cercano a nuestra idea de espacio ajardinado, un parque con espacios abiertos, recovecos y esquinas poco visibles. Bien es verdad que en ellos reposaban los restos de los parroquianos, pero allí también los niños jugaban, la gente se reunía, paseaba y vendía productos; se celebraban fiestas y banquetes donde la gente bebía, reía, bailaba y cantaba todo tipo de canciones, incluso algunas no muy honestas. Y también se había sexo, lo cual podía conllevar toda una serie de graves problemas.

 

Al ser los cementerios espacios sacralizados, el derramamiento de semen y sangre en ellos hacía que estos espacios tuviesen que ser reconciliados, bendecidos otra vez por haber sido violados. La desacralización suponía que en ellos ya no se podía enterrar a nadie. Y lo mismo ocurría con las iglesias. No obstante iglesias y cementerios no son iguales, pues es menos problemático (que no condenado) si el sexo se practica en el cementerio.

 

El que en la Edad Media existan parejas que hayan mantenido relaciones sexuales en un cementerio, no significa que  el sexo fuera tan normal que se podía practicar en cualquier parte, incluso en espacios públicos. Nada más lejos de la realidad. La privacidad es un bien muy valorado por su escasez en el Medievo, parece que siempre hay alguien mirando. Por eso es muy difícil encontrar lugares donde estar completamente a solas, lejos de ojos curiosos. Por ejemplo, no es raro que en las casas medievales duerman en un mismo dormitorio varios miembros de la familia en no muchas camas, incluidos los sirvientes. Mientras, las dificultades se multiplican si los amantes no están casados entre ellos, sean de la edad que sean. Huertas, viñas, campos, vegas de los ríos, incluso se alquilan casas y habitaciones para la ocasión. Los cementerios son una opción ligada a esas otras actividades que se realizaban en los cementerios, pues permitían encontrar un hueco discreto sin alejarse de la celebración, desapareciendo y apareciendo con rapidez y discrección. Banquetes, bailes, reuniones… como hoy, en la Edad Media el contacto entre sexos y la atracción sexual surgía en espacios y situaciones públicas, aunque se intentaban resolver en la mayor intimidad posible.

© Sexomedieval 2013

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