Sexo Medieval

Ana E. Ortega Baún

Sexo Medieval: modo de empleo

Como en el buen sexo, este blog sabe lo que quiere, cómo lo quiere, cómo hacerlo… y también acepta sugerencias. Porque hablar del Medievo no significa encasillar la sexualidad de la Edad Media al ámbito del pecado o de hablar de gente que murió hace mucho tiempo. Nada más lejos de la realidad. El sexo medieval tiene mucho que ver con nosotros y con vosotros.

 
Buena parte de los post de este blog beben de situaciones con las que me tropiezo en mi día a día. Por ejemplo, escucho comentarios que tienen una gran herencia medieval, como el tildar a una mujer de puta aunque no se prostituya o la famosa frase «qué tendrá que ver el follar con las ganas de comer». De entre esas situaciones abundan las noticias extraídas de periódicos nacionales, que comento porque me permiten profundizar no sólo en el hecho en sí, sino en su discurso, lo que me permite ver por qué se dicen las cosas que se dicen y por qué se piensa así (un ejemplo sería el post dedicado a las declaraciones de Roberto Gerlain y el sexo anal). Al final, lo que obtenemos es conocer los valores sexuales de los protagonistas de esas noticias, los que quieren proteger porque rigen sus vidas, y a la vez lo que creen que ponen en peligro los cimientos de su moral sexual. Un ejemplo sería las periódicas acusaciones que hacen algunos grupos católicos ante el matrimonio homosexual. Claramente, esto no es sólo aplicable a personas o a instituciones sino a toda la sociedad en general, porque como grupo compartimos miedos y valores, formas de entender la vida.

 


La comparación de estas situaciones con la Edad Media revela algo que los historiadores no solemos poner en relieve: que la Historia es vida, experiencia vital o herencia genética a fin de cuentas, y que por tanto nuestra forma de entender el sexo es un producto vinculado al pasado. Existen enfermedades hereditarias que sólo se curan cuando se logra aislar al gen responsable; si queremos conocer de verdad a una persona nos interesamos por su pasado. Así pues, si queremos entender qué nos pasa hemos de recurrir a nuestra historia personal, a nuestro historial clínico o a la genética. Pero si queremos saber por qué valoramos o desechamos ciertas formas de entender el mundo que nos rodea, como ocurre con la sexualidad, debemos acudir a lo único que explica los seres humanos en conjunto, nos debemos remitir a esa herencia inmaterial que es la Historia. Al igual que somos biología somos Historia y no podemos evitarlo. La necesitamos para entendernos. Por eso existe www.sexomedieval.com, para poner en evidencia algo que nunca habríamos pensado, que la sexualidad actual está directamente relacionada con la del mundo medieval.

 
Y este blog como la Historia, ciencia en construcción, también admite sugerencias. Como decía al principio, el sexo medieval tienen mucho que vero con nosotros… y con vosotros. Yo conozco mis intereses y las cosas que me sorprenden, pero no los vuestros, así que espero que a través del Facebook (http://goo.gl/mtxyf) o del Twitter (https://twitter.com/ortega_baun) me preguntéis cosas tan emocionantes como la relación entre sexo y felicidad en la Edad Media. Sed totalmente bienvenidos a www.sexomedieval.com.

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