Ni Alá ni Dios: honra y violación
Este mediodía me he vuelto a reencontrar con uno de los temas más espinosos de mi investigación. Su importancia es capital pero su dureza está al mismo nivel. Me refiero a la violación y a una de sus soluciones más comunes en la Edad Media.
El titular de El País no tenía desperdicio para una medievalista dedicada a temas sexuales: Las violaciones en Marruecos ya no podrán «lavarse» con el matrimonio (cito por el artículo de El País, 23-01-2013, escrito por la agencia EFE). El primer párrafo de la noticia lo aclaraba todo: debido a la polémica que ha levantado el suicidio de la joven de 16 años Amina Filali, el gobierno marroquí «va a anular la norma que permite al violador de una menor a evadir el castigo si admite casarse con ella, siempre y cuando no haya una denuncia por parte de la familia de la víctima». Como muchas otras personas, lo primero que he pensado es que esto era una buena noticia; pero lo segundo ha sido preguntarme cuándo en España dejamos de hacer eso mismo, cuándo las leyes prohibieron que los violadores no fueran a juicio si se casaban con sus víctimas. Por lo que sé, esto no ocurrió antes del año 1700. Y es que en buena parte de nuestra Edad Media, y en una zona nada desdeñable de nuestra civilizada Europa, esta norma que nos parece bárbara era moneda común.
El Islam no tiene nada que ver en este tipo de leyes, tampoco el cristianismo. Se le llama honra y es un fenómeno antropológico que bañó durante siglos ambas orillas del Mediterráneo e, incluso, mucho más allá. A grandes rasgos, la honra es un valor familiar que tiene un gran componente sexual, pero sobre todo depende del buen comportamiento de las mujeres de la casa: mientras que los hombres pueden tener todas las amantes que quieran porque su sexualidad no afecta a la honra, el comportamiento de las mujeres ha de ser todo lo contrario. Por tanto, o son vírgenes o sólo mantienen relaciones sexuales con su marido, unas relaciones que la familia a autorizado a través del matrimonio. Visto lo visto, una violación puede acabar con la honra de una familia… si esta se hace pública, lo que crea una muy mala imagen social de todos sus componentes. El cómo se evita en el Marruecos de hoy es el mismo sistema que en los siglos XIII-XVI en la España cristiana: el matrimonio entre violador y víctima. En el fuero de Jaca de 1063 ya encontramos esta misma disposición, que se repite en la Compilación de Leyes del Reino de Aragón de 1247. A finales del siglo XII nos lo encontramos en algunos fueros de la Corona de Castilla, extendiéndose con el tiempo esta costumbre. Mientras, en muchas ciudades francesas e inglesas del siglo XIII existían estas mismas leyes. A su vez, la Iglesia Católica vivía una polémica interna sobre este tema desde el año 1000 hasta los últimos siglos medievales, pues había pensadores tanto a favor como en contra. Además, la Iglesia siempre vió con ojos sospechosos el gran valor que tenía la honra. Al final, y como eran las instituciones civiles las que procesaban a los violadores, la Iglesia tuvo que aceptar esta solución.
Somos herederos de nuestro pasado, pero por lo general o no lo conocemos, o se nos olvida. Sirva este ejemplo histórico para recordar que no somos tan diferentes de los demás.
Me parece acertada e ilustrativa la nota. Tienes razón, hay que buscar en temas medievales como la honra, el honor y la reputación la explicación de estas costumbres.